Beber líquidos a pequeños intervalos resulta útil para prevenir la acidez y las náuseas durante el embarazo.
Los cambios fisiológicos que se producen en nuestro organismo hacen que las necesidades diarias de agua aumenten durante la gestación. Los expertos recomiendan incrementar en 0,3 litros la ingesta de agua durante el embarazo, lo que equivale a beber un vaso más de agua al día.
Yo estoy todo el día con una botella de 2,5 litros de agua a mi lado... le voy dando sorbos cuando la veo y de esta manera a parte de los vasos de las comidas también bebo más.
El agua es fundamental para el futuro bebé, ya que permite producir el líquido amniótico donde el bebé pasará todo el embarazo, hidratando sus tejidos de formación. Así que ya sabéis... a BEBER!
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