Antes de ser madre, mis ideas y creencias acerca de la maternidad y la crianza eran muy diferentes a las que tengo ahora.
Siempre pensé que enseñaría a mi hijo a dormir y que iría a la guardería desde bien pequeñito. Creía que el exceso de mimos y de brazos podrían malacostumbrarlo y que era importante enseñarle desde el principio "como es la vida", con el fin de que fuera fuerte e independiente.
Pero desde que vi sus ojitos por primera vez, cuando lo vi tan frágil y delicado, tan dependiente de mí, comprendí que no sería la madre que creía. Algo cambió en mi interior que me hacía afrontar mi maternidad sin ninguna referencia, consciente de que quería hacer las cosas de otra manera, pero sin saber muy bien cómo.
Tratando de encontrar ese cómo, inicié una búsqueda en la que Internet, tuvo un papel crucial: encontré varios blogs de mamás que hablaban de porteo, apego, Montessori, Waldorf... y así empecé a devorar libros y libros relacionados con la crianza, el respeto, el mundo sensorial... con los que me dieron las referencias para guiarme y creo que poco a poco me voy definiendo y espero poderme encontrar.
Aunque siempre he tenido muy claro que lo principal a la hora de criar a un niño es el amor incondicional y el respeto hacia sus necesidades, ritmos y sentimientos.
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